El Consejo de Consumidores y Usuarios tiene que dar respuesta a nuevos desafíos, a nuevas realidades. Las sociedades actuales afrontan dos grandes retos, el de la sostenibilidad, y el de la digitalización. Y en los dos tiene mucho que decir el Consejo de Consumidores y Usuarios.

Poco a poco, vamos construyendo una sociedad con modelos de consumo más sostenibles, pero también es cierto que tenemos que acelerar el ritmo de esa transformación, pues los efectos del cambio climático ya se están empezando a manifestar. Como consumidores y usuarios, es algo que debemos tener en cuenta. Es decir, tenemos que ser conscientes de que ya no se trata solo de la durabilidad y la reparabilidad de lo que consumimos, sino también de su impacto medioambiental, de su circularidad, de su reciclaje.

El otro asunto clave es la digitalización. Hablamos de un fenómeno que ha cambiado nuestra manera no solo de consumir, sino también de vivir. Y también ha dado lugar a un nuevo ecosistema empresarial, a la llamada economía de las plataformas, e incluso podemos ir más allá y hablar, siguiendo a la socióloga estadounidense Shoshana Zuboff, de ‘capitalismo de vigilancia’.

Estamos en un mundo en el que el consumo, en muchas veces, queda determinado por los algoritmos, que han pasado de predecir a prescribir, a casi ordenarnos, qué compramos, qué vemos, qué leemos, a dónde vamos, cómo nos informamos. Es un mundo en el que, en determinados mercados, grandes compañías tienen posiciones casi de oligopolio. Y la mayoría de ellas, por cierto, son extracomunitarias y muy hábiles al enfrentarse a nuestras regulaciones.